Preparar un espacio en casa como gimnasio mental

 

Es importante entrenar tu mente a diario para disfrutar de buena salud mental. Por lo que estaría bien si preparas en casa una zona, que llamaremos tu gimnasio mental, que al igual que entrenas tu cuerpo en el gimnasio de tu barrio, te permita poner a punto tu mente.

Aprovechemos que la pandemia Covid-19 nos ha enseñado a disfrutar nuestra casa y a sacarle más partido que antes. Seguro que encuentras un pequeño espacio de tu casa donde puedas estar tranquila, en silencio, sin que nada te turbe durante un pequeño tiempo al día. O si trabajas desde casa, te puedes organizar con tu propio espacio de trabajo.

 

Los cambios necesitan constancia

 

Si tienes más o menos mi edad, alrededor de 50, tu mente lleva muuuuuuchos años funcionando de una determinada manera. Y claro, tú quieres que de un día para otro cambie su forma de actuar. Pero eso como cualquier otro cambio de tu vida, no se consigue tan fácil.

Es el resultado de una constancia y un tesón diario. Ya sabemos que los hábitos necesitan de un mínimo entrenamiento (te dejo esta entrada del blog donde hablo más concretamente de cómo conseguir hábitos) para que se instauren en tu vida.

Y entrenar a tu mente se debe convertir en un hábito. Así como vas al gimnasio para estar en forma, para bajar de peso o para tu salud física, tienes que entrenar tu mente para tener salud mental y emocional.

Y no sé para ti, pero para mí es fundamental que para cumplir un hábito me sea fácil y cómodo cumplirlo. Basta que haya un mínimo atisbo de obstáculo o impedimento para cumplir una tarea que todavía no tengo metida en rutina, como para saltármelo a piola y pensar “mejor ya lo haré mañana”.

Para que eso no me ocurra, antes de que llegue ese momento pereza, me gusta tener una llamada al pasar por el espacio que me he acomodado para entrenar a mi mente. Por supuesto también es necesario planificarte ese momento, meter en tu agenda antes de nada ese rato que vas a estar entrenando tu mente. En cuanto lo consigas como rutina, no querrás saltártelo ni un día.

 

Cómo pasar de la mente en modo “hacer” a la mente en modo “ser”

 

La capacidad de pensar del ser humano es maravillosa, pero más allá de eso, hay demasiados momentos del día que pensamos y sentimos sin necesidad, porque son sobre algo que no pertenece al presente y que ni siquiera te es útil.

En nuestra habitual forma de la mente en modo “hacer”, nos pasamos todo el día: “tengo que”, “luego voy a” , “mañana cuando haga…”, “ayer hice…” Aunque te parezca exagerado, eso es lo que continuamente está en nuestro pensamiento. Y por supuesto unido a todo tipo de emociones que tampoco pertenecen al presente.

El mito de dejar la mente en blanco no tiene sentido. Pero sí al menos, ese reposo en el que calmar nuestra actividad cerebral. Así que para dejar a la mente tranquila y tenerla en modo “ser”, sin actividad excesiva y viviendo sólo lo que tiene en ese momento en su presente, es para lo que necesitamos ese gimnasio.

Un espacio que nos permita estar en silencio, (no te pierdas al Dr. Mario Alonso Puig en esta conferencia sobre el silencio) si quieres con los ojos cerrados, simplemente  mirando en tu interior todo lo que tienes y que a veces no le dejamos salir debido a ese exceso de ruido. 

Si no haz la prueba ahora mismo, cierra tus ojos y respira de forma natural, sintiendo esa respiración como nutre tu cuerpo y cómo entra y sale por tu nariz. Aprecia ese aire y pon tu atención en el vaivén de tu pecho o de tu abdomen. Mientras estás siendo consciente de esa respiración ¿te has dado cuenta que tu mente estaba quieta, sin darle vuelta a doscientas cosas? 

Estar atento a la respiración propia es la forma más fácil de tener la mente en modo ser. Pero también comprobarás que a los pocos segundos de hacerlo ya se ha ido otra vez tu mente a otros pensamientos.

Es normal, a todos nos pasa. Por eso tenemos que ayudarla a estar tranquila, a dejar salir tu verdadero ser interior. Ese conjunto de valores y grandezas que tenemos todos desde que nacemos, y que salen en estos momentos de quietud. No hacen falta grandes cambios para crear un espacio de gimnasia mental en tu casa.

 

Claves para acomodarte un espacio como gimnasio mental

 

Busca un pequeño rincón, si no tienes un espacio de trabajo o despacho, donde puedas estar recogida sin que sea un paso de personas. Te puede servir incluso si tienes un rincón de lectura en el salón o en tu habitación.

Necesitas o una silla en la que puedas apoyar toda la espalda, un cojín grande si lo prefieres, o una butaca algo rígida para no dejarte caer, o incluso un tapete de suelo si prefieres hacerlo tumbada en el.

Te recomiendo una pequeña manta o algo que te pueda confortar si es que la temperatura es un problema. Lo importante es que lo puedas tener todo a mano antes de empezar la práctica.

Como será habitual que estés con los ojos semicerrados casi siempre, la luz no será un recurso necesario. Cada uno elegirá cuánta luz quiere en ese espacio, puede ser cerca de una ventana, en una zona menos luminosa, o con una pequeña vela que te ilumine. Tú lo decides.

En mi caso suelo seguir meditaciones guiadas a través de un audio, así que procuro tener mis auriculares con carga suficiente y el dispositivo emisor de la meditación cerca, pero si tú prefieres sólo el silencio, no te hará falta nada de eso.

Por supuesto papel y boli, o tu diario, o algún material donde te guste escribir, si puede ser a mano mejor que a máquina. El poder de la escritura manual es inmensamente mayor que el de la escritura digital.

Y ya está. No hay más. 

Si alguna vez quieres probar alguna práctica informal en ese espacio ya será cuestión de preparar los recursos necesarios para ella, ya sea algo de alimento, una piedra o mineral, o algún otro material.

Sobra decir que en ese gimnasio no hay sitio para el móvil, la tablet o cualquier dispositivo que pueda interferir ese momento.

 

Tener un rincón para tu gimnasia mental

Conclusión

 

El primer paso para poder tener una rutina de entrenamiento de tu mente y emociones es tener un espacio agradable en casa para ello.

Es necesario ese espacio de quietud y silencio donde la mente pase a modo ser y tu interior se expanda.

Simplemente un pequeño rincón de lectura se puede convertir en el mejor gimnasio mental, si los metros de tu casa no te lo permite.

Y escoger ese momento del día en que el resto de miembros de tu familia no te reclamen tu presencia y puedas estar sin distracciones personales ni digitales.

¿Qué te parece la idea? ¿ Tienes elegido ese espacio ya en tu casa?

Déjanoslo en comentarios, ¡nos encanta leerte!

 

 

5 Claves para mejorar la actitud ante una enfermedad

La diferencia entre sufrir una enfermedad o pasar por una etapa de poca salud está en tu actitud y tu forma de ver las cosas. No se trata de ignorar tu circunstancia, sino de “engañar” con buena intención a tu mente para que no se instale en la dualidad Salud=felicidad y Enfermedad=infelicidad.

Cuando nos encontramos en esta situación es beneficioso no caer en la parte negativa de la dualidad, y sobre todo no etiquetar así este momento de tu vida. Sé que es difícil, y que parece una utopía, pero si le pones intención a ello sacamos a nuestra mente de ese estado de alerta y defensa y de todo lo que conlleva la idea de estar enferma.

Vamos a ver cómo conseguir pequeños cambios.

 

5 claves para cambiar tu actitud ante una enfermedad

Una vez que hemos hablado de vivir con nuestro dolor y no con el sufrimiento ( si te perdiste mis últimas publicaciones puedes ir a leerlas ahora) te voy a dar 5 claves que a mí me sirvieron para no encerrarme en mi idea negativa de vivir enferma.

 

1 Usar las autoafirmaciones positivas

Simplemente dejar de pronunciar la frase “Estoy enferma de cáncer”, y cambiar a “estoy en un proceso de tratamiento para eliminar células cancerígenas” o cualquier otra frase que resuene más contigo, es una ayuda.

Vuelvo a repetir que no es ignorar o evitar lo que estás pasando. Más bien es acostumbrar a nuestra mente a no caer en la etiqueta negativa de la dualidad Salud versus Enfermedad. Si yo me acojo a la Enfermedad, mi mente, de forma condicionada, va a crear ideas y pensamientos sobre todas las posibilidades que hay ante una situación de Enfermedad. Sea posible o no.

Así que dedicar unos minutos a crear tu relato “no negativo” o neutral de la situación presente, es una buena forma de enfocarnos en la actitud positiva. 

 

2 Escuchar sólo lo que tu equipo médico te cuente

Tal como nos propone el Mindfulness, tener actitud de principiante ante cada situación que vives es muy beneficioso para dejar espacio al cambio y a que surjan conductas de crecimiento en cualquier persona. Pero ahora será más necesario aún. 

Ante un diagnóstico de tal envergadura, nuestra mente siente la necesidad de ir corriendo a Google a preguntar las miles de dudas que nos surgen. Eso no estaría mal si, detrás de todas esas respuestas a tus dudas, no estuvieran también miles de ejemplos de todo tipo de casos que, a veces, no tienen que ver nada con el tuyo.

Y generalizamos esos resultados, efectos secundarios, y todo tipo de complicaciones a todos los tratamientos. Y puede que nada de eso te vaya a pasar a ti. Pero ya tú te dejas influenciar negativamente por todo ello.

En vez de hacer eso, hazte una batería de preguntas en una libretita o en un papel para que cuando vayas a tus visitas a tu oncólogo o a cualquier otro profesional del equipo que te lleve, te pueda responder a tus dudas según tu caso concreto. 

Te propongo que, ante cualquier tentación de viajar por internet para conocer tu tipo de tumor y lo que provoca en tu salud, aproveches ese tiempo para buscar todo lo relacionado a mejorar tu salud emocional que buena falta nos hace en esta situación. O buscar libros que te ayuden a estar en paz, eso siempre es bienvenido. 

 

3 Desidentificarte de la enfermedad

Como ya he comentado en otras publicaciones, la des-identificación de los pensamientos es importante para convencerte de la idea “yo no soy mi mente”. 

En un caso concreto como éste, es importante que tu mente no se agarre a la única idea de que “estoy enferma” y que haya espacio entre la mente de enferma y tú. Para ello te vuelvo a proponer en tus reflexiones mañaneras repetirte eso como un mantra.

También buscar ratos de algunas actividades que sean compatibles para tu estado físico y energía que te dejen ver al final del día que has hecho algo aparte de todo lo que conlleve tu tratamiento. Aunque creas que es una actividad insignificante, dale toda la importancia que puedas y aprovecha para dar gracias por ello. 

 

4 Prepararte mentalmente para lo que te toque vivir cada día

Siguiendo la idea de poner foco en nuestra misión de vida, es verdad que la principal de ahora será curarte. Pero además de ello está bien que cada mañana sepas a lo que te tienes que enfrentar ese día y cómo quieres hacerlo. Como lo harías ante un día importante de trabajo o de encuentro social.

Con qué personas te vas a encontrar, cómo quiero tratarlas, cómo quiero que me vean. Cómo serán los momentos duros de hoy y cómo los afrontaré. Parece que no sirve pero siempre que tengamos la brújula que nos guíe será más fácil no perdernos de esa actitud que queremos que nos ayude ante todo ésto.

 

5 Eliminar de tu mente la idea de que, cuando termine todo, es cuando podré ser feliz

Ahora mismo hay que pensar a corto plazo. Tu vida es ésta. Es lo que nos toca vivir y aquí y ahora es donde debo ser feliz. 

Sí, ya sé que te suena a chino eso de ser feliz mientras tienes un cáncer, pero si nos enfocamos en pequeños momentos de felicidad en vez de una “vida feliz” es más posible. 

Soy partidaria de tener objetivos en la vida, por supuesto, pero siempre que durante el proceso de conseguirlos seas feliz. Esta idea es distinta a la de esperar a conseguir tu objetivo para ello.

Creo que el camino hacia tu objetivo debe ser como una escalera larga y poco pronunciada en la que cada escalón es un pedazo de tu logro. Pues aquí es igual. Cada día vamos dando un paso importante en el tratamiento. Sea el desenlace victorioso o no, no nos podemos agarrar a ese desenlace para ser feliz. 

Vuelve a la idea de enfatizar cualquier pequeño momento de alegría o de no-dolor cada día y tómalo como una pequeña dosis de felicidad. Es algo que tendríamos que hacer siempre, no solo en una situación problemática como ésta.

 

5 claves para mejorar la actitud ante una enfermedad

Conclusión

Hemos hablado otras veces de que no podemos elegir algunas situaciones de nuestra vida, pero sí la forma de vivirlas.

La actitud y mentalidad ante tu enfermedad serán las mejores herramientas para gestionar tu caos emocional.

Hay pequeñas cosas que puedes hacer para ello. Aquí te he dejado sólo algunas.

Busca las que más resuenen contigo y trabaja cada día en tu salud mental.

Es igual de importante que la salud física. 

¿Llevas a cabo alguna de estas prácticas? 

Cuéntanoslo en comentarios, ¡nos encanta leerte!

 

La diferencia de vivir tu dolor en vez de tu sufrimiento (II)

Coloquialmente vivir con dolor y vivir con sufrimiento parecen dos sinónimos. Pero no es así. Una cosa es sentir un dolor presente en tu cuerpo y otra cosa es lo que tu mente hace con ese dolor para, en teoría, cuidarte y protegerte.

Pero en realidad, el resultado es el contrario. Si te dejas llevar por todo lo que tu mente inventa acerca de ese dolor y de lo que te puede suponer, será más difícil aceptar la circunstancia que te toque vivir y con ello la actitud con la que eliges vivirla.

Esta entrada del blog es una continuación de la anterior en la que te propuse que te centraras en dar gracias por los momentos buenos de cada día y no en los malos. ( Volver a leer la anterior entrada aquí)

Ahora vamos a sentir nuestro dolor, pero vamos a intentar controlar el sufrimiento.

 

La diferencia entre dolor y sufrimiento

 

“El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional” Buda

 

Que la vida conlleva dolor es evidente. En el momento que sales de la protección de la niñez, en la que todo es color de rosa y tienes atendidas tus necesidades en tu familia, te das cuenta de ésto.

Ante fracasos académicos, ante ruptura de relaciones, ante problemas en el trabajo, ante pérdidas de un ser querido. Y como no, ante alguna enfermedad.

Tener una enfermedad grave como el cáncer provoca dolor en muchos sentidos. En algunos casos la enfermedad duele, en otros el dolor proviene más del tratamiento hacia el tumor. Pero en esta circunstancia el dolor existe en tu interior y cuesta adaptarse a él.

Pero ¿qué pasa con el sufrimiento? ¿cuál es la diferencia?

Si yo me encierro en ese dolor,  me bloqueo, alimento mis ideas con él, y encima le añado posibles futuros y catástrofes que se me vienen debido a ese dolor, lo estoy convirtiendo en un sufrimiento innecesario.

Es decir,  lo que pensamos sobre ese dolor provocará nuestro estado de ánimo y al revés. Si yo tengo un estado de ánimo triste, los pensamientos irán hacia una carga negativa.

 

El valor de nuestros pensamientos en nuestro bienestar

 

Aquí es donde debe entrar en juego tu consciencia para ver que no sirve de nada enfrascarme en mi situación, teñir de ese dolor toda mi vida y repetirme mentalmente lo desafortunada que soy y lo que me estoy perdiendo de la vida.

Cuando te enteras que alguien cercano tiene un cáncer, lo primero que te viene a la mente es el sufrimiento que debe estar pasando. Es algo compasivo y humano. Pero cuando analizas el día a día de esa persona, y lo descompones en bloques de tiempo, te das cuenta que existen ratos de normalidad y otros que sí son ratos malos o regulares.

Pero eso no es así todos los días. Ni en todos los enfermos. El tratamiento lleva su tiempo, algunos son largos. Y en medio de ello conozco personas con cáncer que a pesar de que su vida se para radicalmente, pueden hacer algunas cosas. Y los ves en la calle, compartiendo con amigos ratos de charla y pasando de la mejor manera posible su situación.

(No fue mi caso porque mi cáncer fue antisocial. Siempre cuento que no podía ni comer, ni beber y apenas hablar, así que ¿qué se hace en una reunión social de esa guisa? 😉

Pues eso, ellos tienen un dolor, pero no se dejan llevar por un sufrimiento innecesario que te hace “vivir una realidad” peor de lo que es.

Si hay un beneficio del mindfulness o atención plena, que elegiría de entre todos los que ofrece ( puedes ir esta entrada de mi blog en la que hablo de los beneficios del Mindfulness) es el de aprender a vivir la realidad presente sin hacer un relato del sufrimiento.

 

Vivir con dolor o vivir con sufrimiento

 

Agarrarnos al presente es el mejor antídoto al sufrimiento

 

En vez de aceptar ese relato que tu pensamiento te cuenta, el Mindfulness te incita a experimentar en presente lo que te está doliendo tu circunstancia, sea la que sea. En el caso de la enfermedad qué siento en mi cuerpo, a través de mis cinco sentidos, en este momento. Ese es tu dolor, no lo que tu mente te cuenta para protegerte.

Nuestra mente lo hace sin maldad, durante todo el día está en modo alerta para “hacer cosas” que ella cree que son buenas para ti. Sobre todo cuando estamos en reposo, sin actividad a simple vista. Mientras está atareada en cualquier tarea, no tiene tiempo para divagar.

¿Pero qué pasa cuando nos quedamos tranquilos? Entonces es cuando se explaya y suelta sus miles de versiones de todo lo que te pasa.

Por eso el mindfulness es una práctica que entrena a tu mente a estar en modo “ser “ y no en modo “hacer” para resolver problemas que se te pueden presentar en un futuro inexistente.

Te propongo, en estos días, que en tus actividades cotidianas, pongas la mente solo en cada tarea que estás haciendo. Es una forma de vivir con mindfulness como una práctica informal, poniendo toda tu consciencia en tus rutinas, en vez de hacerlas en automático. Así la mente no se va a divagar.

Es un trabajo de largo recorrido, como lo es el resultado de ir al gimnasio. No se consigue de un día para otro, pero si lo tenemos en nuestras intenciones del día te será más fácil recordarlo.

 

Conclusión

 

Ante cualquier situación de dolor en tu vida puedes elegir cómo vivirla, con sufrimiento, o aceptando el presente y recibirlo sin más rumiaciones mentales sobre todo lo que estás viviendo.

El sufrimiento innecesario no te va a hacer evitar tu situación de dolor. Ni te ayuda a pasarlo.

La mejor forma de combatir ese sufrimiento es vivir tu presente a través de tus cinco sentidos. Y llevar tu dolor a tu momento presente viviendo con atención plena en él.

Te animo a que practiques mindfulness incluso si no estás pasando una situación de dolor. ¿Te apetece probarlo?

Déjanoslo en comentarios ¡nos encanta leerte!

Cómo vivir tu presente y sufrir menos incluso cuando tienes cáncer

 

Para vivir nuestro presente de la mejor manera solo tenemos que abrir bien nuestros sentidos y recibir mi realidad sensorial. 

Pero cuando estás atravesando un momento de vida complicado, como el cáncer, ésto se convierte en una tarea casi imposible. Porque tu mente enfatiza y te recuerda tus momentos desagradables como si fueran lo único que vives en el día.

Y se nos olvida cualquier momento bonito de tu presente.

Por eso tenemos que reafirmarnos en que nosotros dirigimos a nuestra mente ( si no leíste esta entrada te la recomiendo)

Vamos a verlo de forma más detallada y al final tú tendrás la elección de intentarlo o no.

Ignoramos el presente cuando nos encerramos en nuestra mente

 

Lo que estamos viviendo a través de lo que vemos, oímos, tocamos, olemos e incluso saboreamos, es nuestro presente. No hay más.

Por supuesto tu realidad sensorial lleva su carga emocional.

A veces un olor te trae un recuerdo de tu infancia. Un sabor te lleva a momentos de charla en la cocina de casa. O estamos compartiendo ese momento con alguien que nos provoca cualquier emoción.

Pero una cosa es eso y otra es ignorar lo que la realidad nos ofrece por estar centrados en lo que nuestra mente quiere que interpretemos.

En las situaciones de enfermedad esta dificultad se acentúa. Esa idea de “estoy pasando por un cáncer que me amarga mi realidad” quiere teñir todo lo que la vida te ofrece a través de los sentidos.

Y tienes que intentar que tu mente no gane esa batalla. Bastante tienes con estar fuerte físicamente para afrontar los tratamientos, como para encima tener un enemigo en tu interior que te pone zancadillas.

 

aprender a vivir el presente a través de los sentidos

 

Aprender a disfrutar los micromomentos

 

Volviendo a la idea de no teñir de cáncer todo tu día, puedes dividirlo en pequeños momentos.

De esos momentos los habrá malos o desagradables, claro que sí. Algunos que no te apetece que pasen, que te llenan de dolor o de incertidumbre debido a los tratamientos o a la propia enfermedad. Esos que no están bajo tu control, que yo les llamo momentos de dejarte llevar.

Si quieres puedes ofrecerlos por algo, o simplemente esperar que pasen porque son insufribles.

Pero incluso tomándolos con una mente en calma se pasan mejor que estando estresada o luchando contra ello.

Pero también tendrás momentos en el día que yo les llamo de seguridad. Son momentos en los que el cuerpo está en calma. Donde no existen efectos secundarios momentáneos, ni dolor apenas.

A lo mejor son muy pequeños, ya lo sé. Pero tienes que agarrarte a ellos.

Son los que te dan energía para afrontar los otros.

Y bajo ningún concepto tenemos que ignorarlos.

Una charla con una persona querida, un paisaje que tengas delante, una infusión calentita que te han hecho con mucho amor.

Esos son los momentos de seguridad que tenemos por delante ahora mismo.

Y tenemos que aprender y trabajar para disfrutarlos en cualquier momento de nuestra vida. Pero ahora más.

Aumentar la gratitud

 

Un ejercicio muy bueno para aumentar el disfrute de esos momentos es trabajar la gratitud.

Dar gracias cada vez que tenemos un momento agradable se convierte en transformador en nuestra situación de enfermedad.

Eso es lo único que tiene fuerza para luchar con tu enemigo interior que quiere teñir de tragedia tu vida.

Tu vida ahora mismo está en manos de tus médicos, de tu tratamiento, de los avances científicos. No hay más.

Pero tu presente cotidiano es algo más pequeño, más de andar por casa.

Así que podrás descubrir muchas cosas por las que dar gracias. Y no quiero pecar de exceso de optimismo. No es eso.

Es elegir tu actitud ante la vida.

Es decidir que la vida no se divide en estar sano o estar enfermo. Porque entonces es normal que te dejes llevar por tu mente.

Solo te propongo que pruebes la gratitud ante pequeños momentos en el día y luego me cuentes.

Te dejo el link a una plantilla que he hecho para llevar un diario de gratitud. Puedes descargártela e imprimirla cuantas veces quieras. Ya sabes que siempre recomiendo escribir todos los días. Y en este momento de tu vida más.

 

Diario de gratitud

 

Haz un diario para sacar de tu interior todo lo que te hace sentir mal, lo que parece un gran monstruo que te está machacando la vida.

Y conviértelo en tu realidad sensorial. Lo que he vivido hoy a través de mis sentidos.  Notarás un gran cambio.

 

Conclusión

 

Tu presente, ahora más que nunca, debe centrarse en la realidad sensorial.

Tendrás momentos que no te gustarán, por supuesto, pero también tendrás pequeños momentos que no puedes dejar pasar.

Teñir tus momentos cotidianos de una realidad mental, como es el vivir enfermo de cáncer, no te aporta nada.

Mejor sentarte cada día y agradecer cada pequeña cosa que tus sentidos te ofrecen. Empieza aunque sea obligada, como si fuera una medicina que te manda tu médico.

Es la mejor receta para tu salud mental.

¿Te sientes capaz de dar gracias en estos momentos?

Déjanoslo en comentarios, ¡nos encanta leerte!

Gestión emocional en el colegio: asignatura pendiente

 

Hoy quiero hablar sobre la falta de enseñanza en gestión emocional que tenemos en nuestro sistema educativo. Porque de tener esa asignatura, como parte esencial de nuestra educación, cambiaría mucho el futuro de todos.

La gestión de nuestras emociones es importante para todas las facetas de nuestra vida. Pero para las situaciones complicadas, como lo es una enfermedad como el cáncer, se vuelve crucial.

Y para saber gestionarlas es necesario distinguir y conocer las emociones a las que nos enfrentamos. Muchas veces nos equivocamos pensando que respondemos ante una emoción, cuando en realidad es otra la que nos afecta.

Y a la edad adulta tenemos que empezar a aprender la asignatura de Inteligencia emocional, cuando deberíamos haber aprendido desde pequeños.

 

Las emociones que aparecen frente a una enfermedad como el cáncer

 

Cuando te enfrentas a una situación como esa, la rueda de las emociones ( puedes entrar en este artículo de mi blog para leer más sobre ella ) te viene entera para ti, como si de un camión descontrolado fuera.

No sabes por donde meterle mano, cuál coger primero, “ésta que viene ahora cómo se llama”. “De donde sale esto que estoy sintiendo”.

Y es importante que nos enteremos desde las altas esferas hasta el último maestro del pueblo más pequeño de España, que tiene que existir una asignatura dentro del curriculum obligatorio escolar, que enseñe, promueva, y le de la importancia que tiene a la gestión emocional, o inteligencia emocional.

Ya nos enseñó Daniel Goleman hace bastantes años (1985) en su bestseller Inteligencia Emocional, que la salud emocional es mucho mejor indicador para el crecimiento y éxito de una persona que la Inteligencia General o CI.

Entonces, si todos nos hemos dado cuenta de eso, ¿por qué nadie le ha hecho caso?

La gestión emocional es necesaria no solo para el enfermo. También para su familia y círculo cercano. Porque cuando vives de cerca el cáncer, no sabes cómo actuar, ni cómo gestionar todo lo que sientes y lo que crees que el enfermo está sintiendo.

Por eso todos necesitamos aprender de emociones.

 

Autoconocer cómo se expresan mis emociones en mi cuerpo

 

Conocer mis reacciones físicas en estos momentos es un primer paso de autoconocimiento emocional.

Te comparto una metáfora sobre el duelo frente a una enfermedad. Es una adaptación personal del cuento Hola quién es de Eva Herber , psicóloga y coach del Instituto Europeo de la Psicología Positiva.

 

 

Parar unos minutos cada día y mirarme por dentro, qué es lo que me da miedo, qué me produce verguenza, culpa, alegría, ira, tristeza.

Si somos capaces de ver los cambios en mi cuerpo ante las situaciones, será más fácil llevarlas de la mano, y no dejarnos arrastrar por ellas.

Aprender a no evitar las emociones desagradables

 

En el mundo de las emociones se cumple la idea de que lo que se resiste persiste. Cuando yo niego lo que estoy sintiendo no dejo de sentirlo, simplemente se queda escondido en algún otra forma de expresión, y por lo tanto te será más difícil trabajarla.

Si yo siento miedo a la visita al oncólogo y ese día me pongo fatal y no doy pie con bola, me enfado con todo el mundo y culpo a quien pueda de mi situación, probablemente te será más útil que al escribir tus reflexiones por la mañana reconozcas a ti misma que sientes miedo horrible a la visita al médico de hoy. 

Así irás disminuyendo tu miedo, o al menos, al saber que lo tienes, contar con él incluso para compartirlo con los tuyos. Para ellos será más fácil entonces saber que el día de la visita al médico, tienen que estar especialmente sensibles contigo.

La práctica de la meditación Mindfulness te ayuda a conocer tu interior, a aceptarlo y a prepararte para afrontar tu realidad desde tus emociones.

Autoconocimiento emocional en las escuelas

 

Conclusión

 

Antes que dedicar un espacio en el curriculum escolar a la Educación en ciudadanía, tendríamos que incorporar la Educación emocional.

Es la base de nuestro crecimiento personal ante las situaciones que nos pondrá la vida.

Tener un autoconocimiento emocional mínimo te será muy útil para no dejarte llevar por emociones desproporcionadas que arrastran a los pensamientos hacia la negatividad.

Aceptar a las emociones que no nos gustan es necesario para que no se enquisten entre otras ideas y sensaciones.

En tus reflexiones diarias dale espacio a qué sientes, cómo te afecta tu situación y cómo la puedes encajar. Y el Mindfulness te ayuda a ello.

Si quieres que hablemos más profundamente sobre este tema, déjanoslo en comentarios,

¡nos encanta leerte!

 

 

 

 

 

 

Aprender a guiar a la mente ante una enfermedad complicada

 

“Yo puedo guiar a mi mente”. Y para cuidar y mejorar mi Salud Mental en una situación complicada como una enfermedad grave, ésto es lo primero que debemos defender y grabarnos a fuego como si fuera un tatuaje.

Porque la naturaleza humana nos hace rumiar sobre los mismos pensamientos durante todo el tiempo. Y terminamos convencidos de que lo que pensamos es la vida real.

Cuanto más en una situación en la que casi todo se tiñe de gris, y nuestros propios pensamientos negativos empeoran todo.

Esto que parece tan obvio, nadie nos lo enseña, y sin embargo, está más que comprobado en numerosos estudios científicos, que  los pensamientos negativos y rumiativos están detrás de muchos problemas diferentes de salud en nuestra sociedad. 

 

Poner a la mente al servicio de tu enfermedad

 

Uno de los mayores errores que hacemos como seres pensantes es dejarnos llevar por nuestros pensamientos.

En vez de utilizar a nuestra mente para lo que nos mejora del resto de los seres vivos, la mayor parte del día nos quedamos bloqueados en pensamientos que no aportan nada, y que incluso empeoran la realidad que vivimos.

Porque se inventa el final fatídico de lo que ocurrirá.

Porque “ve” con ojos imaginarios, en vez de con los órganos de visión que nos ha dado la naturaleza.

Y nos quiere llevar a donde ella piensa que estamos más a salvo.

Y sin embargo nos equivocamos.

Si en cualquier momento de tu vida debes anticiparte a los pensamientos y guiarlos hacia tu provecho, en una situación tan difícil como la que se te presenta, es más necesario.

Y para ello, el primer hábito que te recomiendo integrar es dedicar todos los días unos minutos a trabajar tu mente para sacar de ella todo lo que nos puede aportar, que es mucho. 

Aprender a no teñir de gris cada momento de tu vida

 

Salir de la rueda de la mente condicionada

 

Como seres sociales que somos, y después de la cantidad de información que recibimos a diario y de los referentes de los que se llena nuestra vida desde que nacemos, nuestro pensamiento se va condicionando poco a poco por influencias externas.

Algunas las traes casi de serie porque en casa desde pequeño se pensaba así. Ideología, religión, cultura, educación, y muchas otras ideas se van formando en tu cabeza.

Todas ellas junto con tus valores marcarán tu camino en la vida.

Pero también puedes llevar contigo ideas equivocadas, recuerdos negativos, cosas que te contaron de tus mayores, interpretaciones érroneas de la realidad, críticas sobre personas o circunstancias.

Cuando alguien te hace ver que todo ese pensamiento casi no lo eliges tú, te revuelves.

Porque no te gusta creer que no eres dueño de tu mente.

Y la realidad es esa. Que muchas veces nos dejamos llevar por todo lo que has oido, visto, leído, interpretado, recordado, y que no es tu presente.

Si hablamos de una enfermedad, empieza tu cabeza a darle vueltas a todo lo que crees que te va a ocurrir, en base a esa información que saca automáticamente del disco duro y lo traslada a tu caso.

Por eso me repito en que integrar la práctica de la atención plena es la mejor forma de guiar a tu mente en este momento complicado, ya que te enseña a centrarte en el aquí y ahora y a des identificarte de los pensamientos.

 

La mente condicionada

 

Cómo guiar a mi mente con las autoafirmaciones positivas

 

Otra forma de guiar y manejar a nuestros pensamientos es engañar a nuestra mente a través de las afirmaciones positivas.

La auto afirmación positiva es una frase que te dices a ti misma con la intención de programar a tu mente para que se enfoque en alguna idea o conducta que tú quieres conseguir.

Le das motivación e ilusión a tu mente y le ayudas a que sólo se centre en eso. O sea, le sumas positividad a esa afirmación.

Supongo que como todos ante un momento que te requiere gran esfuerzo, sigues la rutina del automachaque: “soy un desastre”, “otra vez la he cagado”, “seguro que no soy capaz de llegar a todo”, “esto va a terminar conmigo”,…

Pues trasládalo a un momento enfermedad. Todo lo negativo se multiplica.

Lo que yo te propongo es cambiar esta forma de dirigirte a ti misma con las autoafirmaciones positivas. (te invito a que leas más sobre ellas en Como utilizar las autoafirmaciones positivas para mejorar tu bienestar)

Te dejo debajo el enlace a mi plantilla de auto afirmaciones positivas, por si quieres empezar ya a trabajar. Solo tienes que pinchar en la foto y descargarte el PDF ( 2 páginas A4).

 

Plantilla autoafirmaciones positivas

 

El primer cambio puede ser simplemente decirte todos los días varias veces, “yo soy algo más que mi mente”. “Mi mente piensa cosas pero yo puedo decidir otras”. “Yo puedo guiar a mi mente para hacerle razonar con objetividad y no en base a lo que piense del pasado”.

Puede que de primeras no veas cambios.

Lo importante es que tú estás manejando tus pensamientos y no al revés. Eso ya es un buen primer paso.

 

(Como anécdota te cuento que cuando yo era pequeña, mi abuela paterna que fue uno de mis referentes de vida, no la había mejor, ya usaba una especie de afirmaciones positivas de forma natural. Ella estaba más bien gordita, siempre a dieta la pobre, y yo tengo el recuerdo de su cantinela cuando veía postres o pasaba por una confitería: “Odio la bollería, odio la bollería…” jajajaja, es sólo para que veas que muchas de las herramientas que hoy manejamos ya nuestros mayores las conocían sin que nadie se las enseñara.)

Conclusión

 

Para empezar a sanar y cuidar nuestra mente ante una enfermedad grave, tenemos que empezar a trabajar por la base. 

Conocer que todos somos algo más que lo que pensamos, y que podemos guiarlo por la mejor manera de afrontar esa realidad.

Aprender a salir de la mente condicionada por todos los pensamientos automáticos ante cualquier situación grave como una enfermedad

Y cambiar la forma de hablarnos a nosotros mismos te ayuda a mejorar la actitud y el desempeño ante las situaciones difíciles.

Y se puede entrenar.

Si te apetece que hablemos un poco más sobre este tema, déjanoslo en comentarios

¡nos encanta leerte!

 

Nueva temporada del blog y nueva misión

Al empezar este nuevo año 2023 y con él, retomar mi blog, tenía claro que tenía que centrarme mucho más en los contenidos que quería compartir con vosotras.

En las primeras temporadas del blog, estos dos últimos años, he ido tratando distintos temas sobre el bienestar y la psicología positiva. Ya sabes que es la parte de la Psicología que me mueve.

Pero ahora siento que mi experiencia de vida, unida a mis conocimientos, están ahí para sacarlos hacia afuera y poder ayudar a tanta gente como sufre cada día.

Y una de mis experiencias de vida fue una enfermedad como el cáncer, con todos sus tratamientos necesarios, que me hizo ver que la gestión de tus emociones y tu mente es la base de tu actitud ante la enfermedad.

 

Nuevos contenidos sobre gestión emocional para afrontar una enfermedad

 

Es por esto que a partir de ahora me centraré en ayudar a gestionar emocionalmente una enfermedad complicada, ya sea cáncer o cualquier otra que ponga al enfermo al límite emocional.

Ojalá no te veas en una situación así, pero por desgracia es tal la incidencia que hay, que puede verse afectada cualquier persona de tu entorno. Y entonces te puedes dar por aludida en mis contenidos. Todo lo que comparta lo haré para la persona enferma y para sus familiares y amigos cercanos.

Si algo descubrí durante mi enfermedad, es que no existía un manual ni para mí ni para ellos. Y ellos sufrían igual que yo, y necesitaban gestionarlo emocionalmente. Es por eso por lo que a todos nos va a servir en algún momento de la vida. 

 

la vida te manda señales, en tu actitud está buscarlas

La vida te da señales

 

A estas alturas de la vida, no hace falta que te cuente lo que significa la vida completa, con bienestar. 

Significa un cúmulo de circunstancias distintas cada día que nos ayudan a crecer, prosperar, disfrutar. Unas mejores, otras normales, otras regulares y otras muy desagradables. No lo vamos a negar. Pero de todas ellas se aprende. Todas están por algo.

La vida te va dando señales para seguir formándonos y desarrollándonos. Y depende de ti el tener la actitud de verlas, de buscarlas, de estar atenta a ellas. Si no, pasan al lado tuya y ni las ves, ni te dejas enseñar ni avanzar.

 


La vida te va dando señales para seguir formándonos y desarrollándonos. Y depende de ti el tener la actitud de verlas, de buscarlas, de estar atenta a ellas. Si no, pasan al lado tuya y ni las ves, ni te dejas enseñar ni avanzar.


 

En mi caso, mi cáncer fue una señal.

De eso hace ya más de cinco años, que no es poco. Pero más vale tarde que nunca, dice el refrán, y yo me he ido dando cuenta poco a poco, que esa experiencia de vida, que no fue nada recomendable, pero que no la puedo ignorar, fue una señal.

Una señal para que volviera a retomar mi Psicología, descubriera el mundo del Mindfulness y de vivir el presente con atención plena, y me hiciera experta en Gestión emocional, y así hoy esté aquí para ayudar a todo el que lo necesite a gestionar de la mejor manera su mente y sus emociones en una situación complicada como ésta.

Entiendo que no todos los enfermos tienen un final como el mío, aunque nunca podemos decir que pasará en el futuro. Pero los que salimos otra vez a la normalidad podemos ayudar mucho a los que por desgracia siguen entrando cada día en la planta de oncología de cualquier hospital.

Y esa es mi misión de vida en estos momentos.

Espero que todos saquéis algo de gestión emocional ante los sinsabores que nos mande la vida en forma de enfermedad. 

 

Conclusión

 

A partir de ahora el blog tendrá algún cambio de contenido.

Si estás pasando por alguna enfermedad como el cáncer o cualquier otra que ponga en riesgo tu vida, o tienes a alguien cercano que la está sufriendo, espero poder ayudarte a afrontarla de la mejor manera.

La mente y con ella las emociones marcan una diferencia en la forma como vivimos la enfermedad.

Pondré todos mis recursos y todas las herramientas necesarias para acompañarte a vivirla.

Ni negar la evidencia ni rebelarnos ante ella dejará de hacer que la tengamos que pasar.

Te propongo vivir cada día aprovechando los pequeños momentos “buenos” que te dejen los tratamientos. Algunos hay, te lo digo por experiencia.

Si te apetece compartir con nosotras tus reflexiones, déjanoslas en comentarios ¡nos encantará acompañarte!

 

 

 

 

Claves para vivir con la mejor actitud tu realidad presente

 

Si hay algo evidente en nuestro vivir es que cada uno interpretamos la realidad desde nuestro contexto mental único, nuestros pensamientos, sentimientos y emociones.

Y la diferencia entre tener o no tener una actitud óptima para vivir cada día, es darte cuenta que lo que tú estás viviendo no es la realidad absoluta, sino tu realidad.

Vamos a ver cómo.

 

Qué significa para ti ser feliz

Como conocerte y saber qué te hace feliz

 

Para cada uno, ser feliz tiene un significado, según tus sueños, tus valores, tu misión de vida, y tu visión de felicidad. Por eso no puede haber un estándar de vida feliz. Hay tantas como personas vivimos en el mundo.

Lo importante es descubrir tu significado y poder alinearte con él. Y buscarlo en tu día a día. No en ese posible día en que te “toque la lotería”, porque eso no es real, y además no depende de ti.

Es importante buscar la felicidad en las cosas que dependen de ti, no en lo que los demás hagan o dejen de hacer. Podrás influir algunas veces en ello, pero no basar tu felicidad en eso.

La felicidad o bienestar se representa tanto a nivel corporal, a nivel mental y a nivel espiritual. O sea, en todo lo que se refiere a emociones, pensamientos, y sentimientos.

Detrás de todo ello está la actitud ante la vida. Por eso es tan importante saber cuál es la mejor actitud para afrontar tu realidad, tu presente. Esa actitud es la que te llevará a tu bienestar.

 

Cómo cambia tu mente con la atención plena 

 

Todos tenemos en nuestro interior un mundo que nos convierte en lo que somos. Regido por nuestra mente, que puede estar orientada al ser, esa que te enseña a sacar todas tus fortalezas de dentro y compartirlas con los demás, o que puede estar condicionada por lo que pasa a su alrededor.

Esta mente condicionada, o dualista, te lo cuestiona todo, se nutre de situaciones del pasado o preocupaciones del futuro. Piensa que somos seres independientes y en lucha constante con los demás. Lo cual es contrario a nuestra vida real, porque en realidad somos seres sociales que crecen y se desarrollan mejor en grupo que individualmente.

Así que vivir con atención plena o mindfulness (aquí tienes una publicación en la que puedes leer más) te ayuda a ser, más que hacer, y buscar tu ancla en el presente, y ahí conseguir tu bienestar.

Por eso, durante la meditación mindfulness, prestar atención a tu respiración es el mejor ancla que tienes para situarte en tu presente, en tu aquí y ahora.

Si tu actitud, ante cada día, te lleva a esas situaciones pasadas o futuras, no te va a ayudar a conseguir lo que aquí pretendemos: ser feliz en tu día a día. Y no me refiero a no poder referirte a ellas en ningún momento, y hacer como si no hubieran pasado. Si no a hacerlo desde el aprendizaje o la mera información, no para anclarte en ellas.

 

Claves para conseguir una actitud de ser feliz

 

Claves para entrenar tu actitud

 

1. La primera es aprender la aceptación (en este enlace puedes leer más sobre la aceptación) Aceptar tu vida, no hablamos de resignarse, tu día a día, tus obligaciones, lo que tú has elegido en tu vida.

Aquí es importante que pienses si tu realidad está alineada con lo que tú buscas como bienestar. Si tu vida diaria, por una serie de malas decisiones, no te hace feliz, o incluso te está machacando, es importante reconocerlo, enfrentarte a ello y decidir si quieres seguir en ese camino o cambiar y empezar de nuevo.

Puede ser en tu ámbito profesional, en tus relaciones, o en algún compromiso que te hayas creado altruistamente y que no te llene.

De distintas maneras puedes tener en tu vida obligaciones que no te hacen feliz. Así que es el momento de ser valiente, y pensar un poco más en ti.

Siendo feliz en tu interior, harás más feliz a los que te rodean. Nadie quiere verte mal, sufriendo. Somos seres sociales y lo que nos ayuda a ser felices es ver feliz a los que queremos.

 

2. Para mejorar nuestra actitud hay algo fundamental como ya he apuntado en la introducción: saber que cada uno interpreta la realidad según sus pensamientos, sentimientos y estado de ánimo. En definitiva, según tu contexto mental.

Este concepto es la diferencia entre ver el vaso medio lleno y verlo medio vacío. Entre ver a otra persona desde sus zapatos o interpretar que su respuesta es un acto de “maldad”.

Entre atrincherarse en una emoción negativa, o abrir tu mente a todo lo demás que está ocurriendo a tu alrededor, que seguramente será positivo.

 

3. Otra clave importante es saber identificar y gestionar tus emociones. (puedes entrar en el enlace para leer más).

Todas las emociones son necesarias, pero deben estar proporcionadas en intensidad y duración a la situación que la provoca. En el momento que esto no es así aparecen los problemas.

Así que, la gestión de tus emociones debe ser algo prioritario en tu vida. Escuchar a tu cuerpo, cómo cambian algunas sensaciones en él, te enseña a anticiparte a tus emociones, y por lo tanto prepararte para recibirla y sentirla de forma equilibrada.

 

4. Tener en cuenta que tus emociones te llevan a unos pensamientos es otra clave para conseguir una mejor actitud en tu vida. Muchas veces la emoción que no sabes gestionar hace que tu cabeza empiece a imaginarse y a inventarse los porqués de lo que acaba de pasar en tu presente.

Y no solo se refieren a ti, sino a todo el que está involucrado en ese momento. 

Te pongo un ejemplo: Acabas de tener una discusión con alguien, e inmediatamente después te encuentras con un conocido de esa persona y no te saluda de una forma cariñosa, solo correcta.

¿Qué pasa en tu mente? Pues que empiezas a elucubrar miles de pensamientos sobre  “qué le habrá contado de ti, que seguro que le ha llenado la cabeza de ideas negativas contra ti”, que “no te ha saludado porque seguro que al ser amigo de esa persona no le caes bien”. “Que es una mala persona por ser amiga de la que te acaba de dejar en ridículo”…

Una serie de pensamientos que se crean en tu cabeza y que sesgan el saludo neutro que te ha dado y lo convierte en negativo.

 

 

Técnica para conseguir atención plena

 

Para separar los hechos de tu interpretación, hay una técnica y una práctica de vida que impulsa eso de una manera radical: la atención plena o mindfulness

La atención plena te enseña otra manera de relacionarte con los demás, desde tu interior calmado y sabio. Casi nunca somos conscientes de que estamos interpretando mal la realidad.

A través de la atención plena, desenroscamos esa espiral de pensamientos y emociones en las que se meten las experiencias que vivimos. Y nos enseña y entrena en esa actitud que nos hace crecer y seguir desarrollándonos. 

Aprovecho para recordarte que en breve saldrá mi curso de Cómo ser feliz cada día desde la Atención plena o Mindfulness. Tendrás más información en próximas publicaciones. Lo estoy preparando con mucha ilusión para todo el que se quiera iniciar en esta maravillosa práctica.

NO necesitas ningún conocimiento anterior en Mindfulness. Solo ganas de empezar a vivir tu vida de la mejor forma para ti. (Te agradezco que me dejes en comentarios cualquier duda o aspecto que más te inquiete sobre esta técnica, para tener seguridad de que estoy incluyendo todos los temas en el curso).

Mindfulness para entrenar tu actitud positiva

 

Conclusión

 

Hemos visto que la realidad de cada uno ante la vida es única y personal, y no la verdad absoluta. 

Que suele estar sesgada por tu contexto mental: pensamientos, sentimientos y emociones personales que tiñen ese momento según tu visión.

Que la mejor forma de tener una actitud óptima en tu vida es darte cuenta de ello, y aprender a identificar todo lo que llevamos en nuestro bagaje personal cada día.

Conocer tus pensamientos, gestionar tus emociones, anticiparte a ellas escuchando a tu cuerpo son acciones fundamentales para cambiar tu actitud. 

A través de vivir con atención plena puedes conseguir identificar todo ello y aceptar que tu realidad no siempre es la misma que la de los demás.

Para ello las prácticas de Mindfulness son la mejor forma de conseguirlo.

¿Te apetece probarlo? Déjame tu comentario, ¡nos encanta leerte!

 

 

Cómo vivir con mente de principiante gracias al Mindfulness

Qué importante es para nuestras relaciones diarias percibir cada momento como si fuera la primera vez que lo vivimos. Como cuando somos aprendices o principiantes en cualquier área que nos están enseñando. Sin sesgos ni etiquetas preconcebidas. Para mí es una de las enseñanzas más útiles del Mindfulness.

También es de las más difíciles, no lo niego, pero con entrenamiento y ganas, es posible conseguirlo poco a poco.

 

La experiencia del experto

 

Algunas veces somos tan expertos que nuestras mentes están totalmente llenas de nuestras experiencias, pero no nos deja ningún camino para la novedad o nuevas posibilidades. 

Jon Kabat-Zinn

 

Si te paras a pensarlo, en la mente del principiante hay posibilidades infinitas de que ocurran cosas. Cuando alguien es experto en alguna materia, queda poco espacio para la novedad, para la sorpresa. Y si eso se refiere al ámbito profesional es estupendo.

Pero cuando nos referimos a cualquier situación cotidiana, a la que llegamos con distintas experiencias vividas, deseos y actitudes, no estamos disfrutando la frescura y la satisfacción de momentos increíbles.

Es muy beneficioso no llevar, a cada momento que vives, la idea de lo que te gusta o no te gusta de algunas cosas. Y sobre todo la idea del resultado que tendrá esa situación. Que es lo que haría un experto.

Piensa en los niños, con qué sorpresa y curiosidad viven cada cosa que aprenden. No tienen tanto sesgo en su mente y no anticipan los resultados de lo que pasará.

 

Actuar con mente de principiante en tu vida

Actitudes Mindfulness

Dentro de la práctica Mindfulness, se trabajan 7 actitudes importantes, según Jon Kabat-Zinn uno de los padres occidentales del Mindfulness, que nos ayudan a vivir con atención plena:

Mente de principiante,

no juicio,

paciencia,

aceptación,

soltar/dejar ir,

confianza y

no intervenir.

Kabat-Zinn añadió luego, la gratitud y la generosidad, aunque las consideraba integradas en esas 7.

Pues de todas ellas, tan relevantes, la actitud de principiante es, para mí, de las más transformadoras.

Durante la meditación, nos entrenamos en abrir nuestros sentidos a recibir sólo lo que esté pasando en realidad. Sólo observando, sin sesgarla con ideas, deseos o emociones anteriores.

Y si la trasladamos a nuestras prácticas informales, o sea cualquier otro momento de tu vida, buscamos el recibir cada situación como si fuera la primera vez que la vives. Sin sesgos.

Si la tomas como una disciplina, a la que le dedicamos tiempo y constancia, te beneficiará en todo momento que vivas. 

 

Situaciones cotidianas que nuestra mente “experta” desgasta

 

Ponte en el momento en el que estás con una persona a la que conoces, y a la que sueles ver a menudo. Con lo cual tienes en tu cabeza una visión de ella, como piensa, como actúa ante según qué circunstancia, como expresa sus emociones…

Con todo ésto, cuando le vas a contar cualquier cosa que te incumbe a ti o a ella, tu mente ya está anticipando esas etiquetas sobre cómo le va a afectar esa información. Y su respuesta tendrá un significado sesgado y una interpretación personal de lo que está sintiendo. ¿ Me equivoco?

No le das una oportunidad de sentir distinto en este momento presente. No hay opción al cambio. 

Y no es justo ni ayuda a vuestra relación. Porque si encima es una parte de esa persona que precisamente no congenia contigo, o incluso te chirría, se estará agrandado la separación entre las dos. 

 

Cuando actúamos con mente de principiante, le transmitimos a esa persona que le reconocemos su valor de ahora, no el que tenía el mes pasado o hace 1 año cuando vivimos una situación parecida. Y afianza nuestra relación de una forma espectacular.

 

Vivir las situaciones cotidianas con la mente de principiante

 

Ejemplo simple: Conversación con tu amiga María.

 

“Voy a pintar mi salón de gris claro, y no me vayas a decir ya, como siempre me dices, que no te gusta que todo el mundo pinte sus casas de los colores de moda porque es que no he encontrado otro que me vaya mejor”-le cuentas.

“No hija”-te contesta ella-, “si yo no te iba a decir eso”.

“Sí, pero yo te conozco y siempre estás criticando la poca personalidad de la gente que hace lo que ve en los demás”-sigues interpretando tú.

“Bueno, bueno, tampoco estoy siempre criticando como tú dices. Si te vas a poner así mejor no me cuentes tus reformas en casa” -termina ella 

¿Te ves reflejada? yo sí.

Y no es justo. Es estupendo conocer a las personas que nos importan. Por supuesto. Pero con cuidado. A esa persona le hemos colgado una etiqueta, porque traemos a este momento NUEVO, lo que ha pasado en tiempos anteriores. Estamos actuando como “expertas

Lo que podemos trabajar para vivir con mente de principiante

 

Ahora ponte en otro caso.  

Imagínate que te apuntas a un curso de manualidades que no has hecho nunca. Por lo tanto eres completamente ignorante.

Y lo que te está contando la profesora lo acoges con cero etiquetas y juicios. Solo estás centrada en lo que te está explicando en este momento. Y como tú no sabes nada de ese tema, abres tu mente a todo lo que te dice.

Pues ahora trasládalo a tus conversaciones cotidianas.

Abre tu mente a todo lo que te esté transmitiendo tu amiga sin anticipar lo que está sintiendo/pensando. Solo escucha y atiende. Cada momento es distinto y todos tenemos que tener la oportunidad a ser distintos y cambiar cada día. 

Esta actitud también sirve para con nosotros mismos.

A veces solemos tropezar en la misma piedra, y muchas veces es por anticiparnos a nuestros resultados, según lo que nos pasó en momentos anteriores parecidos.

Es habitual pensar “siempre que intento ésto, me pasa tal cosa y la cago” en vez de  resetear nuestra mente y ver que este es un momento nuevo. Y reconocer que tenemos que aprender a vivirlo desde una visión nueva, sin etiquetas y prejuicios.

 

Beneficios de Mindfulness: vivir con la mente de principiante

 

Conclusión

 

Vamos por la vida como expertos en todo.

Con la mente llena de ideas, experiencias y deseos, de todo lo ya vivido y no dejamos espacio para la novedad.

Vivir cada momento como único te hace disfrutar desde la inocencia de un niño y apreciar a las demás personas y a ti, como valores distintos y cambiantes.

Esto se puede trabajar y conseguir con la práctica de Mindfulness.

Y convertirlo en una disciplina de vida.

¿Te parece difícil? ¿Lo podrás intentar?

Déjanoslo en comentarios, ¡nos encanta leerte!

firma Un cafe con Sandra

 

 

 

Claves para conocerte y saber lo que te mueve cada día

¿Sientes que te conoces y sabes responder a qué es lo que te mueve cada día?

Ya sé que estás cansada de oir que el autoconocimiento personal es clave para seguir creciendo cada día, sea cual sea tu situación. Pero es así. Aunque no nos gusta hacernos preguntas incómodas, esas que te hacen parar y reflexionar antes de contestar, debes hacértelas cada cierto tiempo.

De hecho, deberían ser un ritual cada año o cada temporada en que cambias de aires. 

Es importante darnos cuenta que, todos podemos ir encajando nuestras motivaciones en la situación que vivimos en el presente. Puede que lo que hace 2 años nos movía hacia adelante, ahora resulta que no le damos tanta prioridad.  

No tenemos que aferrarnos, de por vida, a una misma idea o prioridad, en tu escala de valores. Pero sí tenemos que saber qué es lo que queremos en este momento. Y por ello es importante hacernos esas preguntas incómodas. Con sus consiguientes respuestas, claro. 

Te dejo el episodio del podcast debajo, por si prefieres escucharlo mientras haces alguna tarea

 

Las preguntas que te ayudan a conocerte

 

 

 

 

Hay muchos aspectos de nosotros que podemos conocer. Si alguien te pregunta, ¿qué tipo de película o de libro prefieres? ¿cuáles son las situaciones que te producen miedo? ¿ante qué cosa pierdes la calma? Todo ello lo puedes responder casi automáticamente.

Pero para empezar a conocer el sentido de nuestra vida, hay una serie de cuestiones básicas, y no por ello rápidas de contestar, que te ayudan  a hacerlo.

 

¿Qué quiero en la vida, que me mueve en la vida?

 

El sentido de la vida para ti, es lo que te moverá a conseguir cosas. Y no me refiero a conseguir cosas materiales, sino a poner en primer plano tus valores, tus referentes, los pilares a los que le quieres dedicar tu tiempo de vivir.

Dígamos que es la parte más filosófica de tu plan de vida. Pero en el momento que los pongas en claro y si te hace falta tenerlos escritos en algún sitio accesible que puedas leer casi cada día, te ayudarán a no perder el norte.

 Ir a tus pilares de vida y comprobar que sigues bajo su influencia, te aclarará mucho tu hoja de ruta.

Es bonito hablar de ello con amigos o familia. Poner en común con alguien el sentido de tu vida te puede unir mucho más a esa persona. Al conocer a mi amiga hasta ese punto de intimidad, entenderé mejor muchas de las decisiones que tome en su vida. 

 

¿Por qué y para qué quiero este objetivo?

 

Replantearte de vez en cuando porqué quiero conseguir un objetivo te puede hacer ver que estamos en constante cambio. Puede que lo que hace un año te tenía muy enfocada, ahora no es tan importante para ti.

En este sentido no te limites a preguntarte un porqué. Sigue igual que hacen los niños pequeños preguntando sin parar. Ve hasta el fondo de la cuestión todo lo que puedas.

Si nos quedamos en la primera respuesta a ese porqué no estamos siendo del todo sinceros en la razón de nuestros objetivos.

Por ejemplo, si yo digo que quiero escribir un blog porque me gusta escribir sobre Psicología, no estaría siendo sincera del todo. Yo escribo mi blog para compartir, con las mujeres del mundo, todo lo que conozco sobre el bienestar integral y, así demostrar, que puedes confiar en mí para mejorar tu salud mental.

 

¿Cómo me voy a sentir si consigo ese objetivo?

 

Quiero que te visualices cuando logres ese objetivo. Cómo te ves.

Será tu visión futura. Aunque yo soy muy defensora de vivir en presente, ésto no está reñido con pensar en tu futuro, trabajando desde tu presente.

Es bueno que tengas como faro esa visión de tu yo en el futuro, pero que lo traslades a tu aquí y ahora, para poder ir cambiando lo que te propongas en tu presente.

Cierra los ojos y piensa en un objetivo que todavía está solo en tu cabeza. Por ejemplo ser una persona con calma ante situaciones estresantes. Además de materializarlo en tareas a cumplir, piensa en una vez que lo consigas, cómo cambiarían esas situaciones. Si has tenido recientemente una discusión con alguien porque no has tenido calma en la conversación, vuelve a imaginártela con el cambio que vas a conseguir tú en tu actuación. ¿ Cómo te sentirías? 

 

¿Qué pasa si no intento cumplir mi sueño?

 

En este sentido también es importante que veas el lado contrario. Lo que será tu vida en ese futuro, en el que no intentas lograr ser como te gustaría.

Si hay algo que vamos teniendo claro a nuestra edad, es que tenemos la libertad de elegir nuestras metas. Y que si no consigues algo, que no sea porque no lo has intentado.

Una vez que el tiempo se haya ido, no servirá de nada preguntarte: ¿por qué no me lo propuse en su día? Sin embargo, será muy bonito y emocionante recordar que “yo hice todo cuanto estuvo en mi mano para ello”.

 

Así que una vez que tienes todas estas respuestas en algún sitio, yo te recomiendo donde lo veas habitualmente, y que puedas revisar cuando quieras, tienes una gran parte de tu yo al descubierto.

Pero ahí no queda todo. Ahora tenemos que saber con qué recursos contamos para conseguir todo lo que nos propongamos, y con los que no contamos. Y así, descubrir si son posible de trabajar y entrenar o, si por el contrario, es mejor enfocarnos en otros.

 

Conocer tus fortalezas o recursos internos

 

Por eso me enganché a la Psicología Positiva. Porque te enseña a conocer tus recursos personales, o fortalezas, para que te apoyes en ellos.

Las fortalezas no las tenemos todos en el mismo nivel. Y dependiendo de ese nivel de “presencia”, serán una ayuda, o no, para tus logros. 

Por ejemplo, si lo que te mueve, hoy por hoy, es crear una vida social activa y no eres una persona claramente empática y el carisma tampoco es tu mayor fortaleza, no significa que no lo puedas conseguir, pero sí que tendrás que trabajarlas para conseguir tu objetivo. 

Gracias a la Psicología Positiva, se ha abierto un camino muy bonito para conocer nuestro interior. 

Esto, unido a la vida con atención plena que nos propone el Mindfulness, puede hacer que descubramos, en nuestro presente, la forma de tener más bienestar y no esperar a que llegue un futuro incierto para ello.

Abriendo la mente a otras experiencias, no juzgando cada situación desde una mente condicionada a lo bueno y lo malo, y disfrutando de micro momentos agradables, tenemos más cerca esa posibilidad de lo que pensábamos.

Todo ello te lo iré compartiendo para que vayas aprendiendo más de todo tu mundo interior, que es maravilloso.

 

Las fortalezas personales en tu autoconocimiento

 

Conclusiones

 

Preguntarte qué te mueve en este momento la vida, te puede ayudar a descubrir cuál será tu hoja de ruta.

Preguntas como: qué es lo que quiero, por qué lo quiero, para qué lo quiero, cómo siento que cambiaría mi vida.

Todos podemos cambiar nuestras motivaciones según el momento en el que estemos. Y es necesario que lo tengas en cuenta. Que lo que hace un tiempo te llenaba y te movía a tomar acción, ahora ha cambiado y es otra cosa. 

Por considerarlo la base de tu bienestar, estoy creando recursos y formas de mejorar tu autoconocimiento que espero te ayuden a ello. Si te apetece conocerlos te iré dando más detalles.

Y tú, ¿crees que te conoces bien, o necesitas reflexionar sobre esas preguntas? Déjanoslo en comentarios, ¡nos encanta leerte!

 

firma Un cafe con Sandra