Gimnasio mental

 

Es importante entrenar tu mente a diario para disfrutar de buena salud mental. Por lo que estaría bien si preparas en casa una zona, que llamaremos tu gimnasio mental, que al igual que entrenas tu cuerpo en el gimnasio de tu barrio, te permita poner a punto tu mente.

Aprovechemos que la pandemia Covid-19 nos ha enseñado a disfrutar nuestra casa y a sacarle más partido que antes. Seguro que encuentras un pequeño espacio de tu casa donde puedas estar tranquila, en silencio, sin que nada te turbe durante un pequeño tiempo al día. O si trabajas desde casa, te puedes organizar con tu propio espacio de trabajo.

 

Los cambios necesitan constancia

 

Si tienes más o menos mi edad, alrededor de 50, tu mente lleva muuuuuuchos años funcionando de una determinada manera. Y claro, tú quieres que de un día para otro cambie su forma de actuar. Pero eso como cualquier otro cambio de tu vida, no se consigue tan fácil.

Es el resultado de una constancia y un tesón diario. Ya sabemos que los hábitos necesitan de un mínimo entrenamiento (te dejo esta entrada del blog donde hablo más concretamente de cómo conseguir hábitos) para que se instauren en tu vida.

Y entrenar a tu mente se debe convertir en un hábito. Así como vas al gimnasio para estar en forma, para bajar de peso o para tu salud física, tienes que entrenar tu mente para tener salud mental y emocional.

Y no sé para ti, pero para mí es fundamental que para cumplir un hábito me sea fácil y cómodo cumplirlo. Basta que haya un mínimo atisbo de obstáculo o impedimento para cumplir una tarea que todavía no tengo metida en rutina, como para saltármelo a piola y pensar “mejor ya lo haré mañana”.

Para que eso no me ocurra, antes de que llegue ese momento pereza, me gusta tener una llamada al pasar por el espacio que me he acomodado para entrenar a mi mente. Por supuesto también es necesario planificarte ese momento, meter en tu agenda antes de nada ese rato que vas a estar entrenando tu mente. En cuanto lo consigas como rutina, no querrás saltártelo ni un día.

 

Cómo pasar de la mente en modo “hacer” a la mente en modo “ser”

 

La capacidad de pensar del ser humano es maravillosa, pero más allá de eso, hay demasiados momentos del día que pensamos y sentimos sin necesidad, porque son sobre algo que no pertenece al presente y que ni siquiera te es útil.

En nuestra habitual forma de la mente en modo “hacer”, nos pasamos todo el día: “tengo que”, “luego voy a” , “mañana cuando haga…”, “ayer hice…” Aunque te parezca exagerado, eso es lo que continuamente está en nuestro pensamiento. Y por supuesto unido a todo tipo de emociones que tampoco pertenecen al presente.

El mito de dejar la mente en blanco no tiene sentido. Pero sí al menos, ese reposo en el que calmar nuestra actividad cerebral. Así que para dejar a la mente tranquila y tenerla en modo “ser”, sin actividad excesiva y viviendo sólo lo que tiene en ese momento en su presente, es para lo que necesitamos ese gimnasio.

Un espacio que nos permita estar en silencio, (no te pierdas al Dr. Mario Alonso Puig en esta conferencia sobre el silencio) si quieres con los ojos cerrados, simplemente  mirando en tu interior todo lo que tienes y que a veces no le dejamos salir debido a ese exceso de ruido. 

Si no haz la prueba ahora mismo, cierra tus ojos y respira de forma natural, sintiendo esa respiración como nutre tu cuerpo y cómo entra y sale por tu nariz. Aprecia ese aire y pon tu atención en el vaivén de tu pecho o de tu abdomen. Mientras estás siendo consciente de esa respiración ¿te has dado cuenta que tu mente estaba quieta, sin darle vuelta a doscientas cosas? 

Estar atento a la respiración propia es la forma más fácil de tener la mente en modo ser. Pero también comprobarás que a los pocos segundos de hacerlo ya se ha ido otra vez tu mente a otros pensamientos.

Es normal, a todos nos pasa. Por eso tenemos que ayudarla a estar tranquila, a dejar salir tu verdadero ser interior. Ese conjunto de valores y grandezas que tenemos todos desde que nacemos, y que salen en estos momentos de quietud. No hacen falta grandes cambios para crear un espacio de gimnasia mental en tu casa.

 

Claves para acomodarte un espacio como gimnasio mental

 

Busca un pequeño rincón, si no tienes un espacio de trabajo o despacho, donde puedas estar recogida sin que sea un paso de personas. Te puede servir incluso si tienes un rincón de lectura en el salón o en tu habitación.

Necesitas o una silla en la que puedas apoyar toda la espalda, un cojín grande si lo prefieres, o una butaca algo rígida para no dejarte caer, o incluso un tapete de suelo si prefieres hacerlo tumbada en el.

Te recomiendo una pequeña manta o algo que te pueda confortar si es que la temperatura es un problema. Lo importante es que lo puedas tener todo a mano antes de empezar la práctica.

Como será habitual que estés con los ojos semicerrados casi siempre, la luz no será un recurso necesario. Cada uno elegirá cuánta luz quiere en ese espacio, puede ser cerca de una ventana, en una zona menos luminosa, o con una pequeña vela que te ilumine. Tú lo decides.

En mi caso suelo seguir meditaciones guiadas a través de un audio, así que procuro tener mis auriculares con carga suficiente y el dispositivo emisor de la meditación cerca, pero si tú prefieres sólo el silencio, no te hará falta nada de eso.

Por supuesto papel y boli, o tu diario, o algún material donde te guste escribir, si puede ser a mano mejor que a máquina. El poder de la escritura manual es inmensamente mayor que el de la escritura digital.

Y ya está. No hay más. 

Si alguna vez quieres probar alguna práctica informal en ese espacio ya será cuestión de preparar los recursos necesarios para ella, ya sea algo de alimento, una piedra o mineral, o algún otro material.

Sobra decir que en ese gimnasio no hay sitio para el móvil, la tablet o cualquier dispositivo que pueda interferir ese momento.

 

Tener un rincón para tu gimnasia mental

Conclusión

 

El primer paso para poder tener una rutina de entrenamiento de tu mente y emociones es tener un espacio agradable en casa para ello.

Es necesario ese espacio de quietud y silencio donde la mente pase a modo ser y tu interior se expanda.

Simplemente un pequeño rincón de lectura se puede convertir en el mejor gimnasio mental, si los metros de tu casa no te lo permite.

Y escoger ese momento del día en que el resto de miembros de tu familia no te reclamen tu presencia y puedas estar sin distracciones personales ni digitales.

¿Qué te parece la idea? ¿ Tienes elegido ese espacio ya en tu casa?

Déjanoslo en comentarios, ¡nos encanta leerte!

 

 

Preparar un espacio en casa como gimnasio mental